El pasado invierno, nos fuímos a conocer el barranco de la guanga, el cual, a pesar de ser un barranco abierto, es bastante bonito, especialmente para aquellos que se estén iniciando en esto de los cañones y no les guste el compromiso. Al final, buena jornada acompañada de una escelente cata de sidra, cortesía de un vecino de la zona.
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