Vallizón y Travesía Cueva del Agua (Onis)

Este pasado fin de semana, aprovechando que el tiempo estaba un poco feo, que hubo que anular alguna escalada que otra y que Victor y Amaya (Coruña) amigos y amantes del barranquismo y la espeleología nos hicieron una visitilla, cambiamos de tercio y fuímos a hacer el barranco del Vallizón, y al dia siguiente, la travesía de la cueva del agua en Onis.
A el barranco del Vallizón, nos fuímos el viernes, con un dia muy cerrado y poca agua en el barranco, la verdad es que cambia totalmente, especialmente porque hay un tobogán lanzadera y un salto, que no se pueden hacer, ya que ambas marmitas estaban secas, teniendo ojo especialmente con la primera, ya que cuando esta seca, se convierte en una marmita trampa de la cual, tendremos que salir escalando o con un rapel guiado, que fué lo que nosotros hicimos, dándole un poco mas de emoción al asunto...


Tras pasar las marmitas, se llaga a la parte mas bonita y espectacular del barranco, la llegada a la "Porquera" ya en el rio Ponga, donde el rappel de llegada es espectacular, no por la altura o el agua, sino por la belleza de la Porquera y los colores verdes de las paredes

Una vez llegado a la Porquera, continuamos por esta hasta su final, donde no hay apenas obstáculos en cuanto a rapeles o destrepes se refiere, pero el pasillo es muy bonito y estético.

A dia siguiene, sábado, nos fuímos a la travesía de la cueva del agua en Lin de Bobia, acompañados por una buna amiga y Rio, amigo y compañero de profesión. La travesía, puede que sea una de las actividades "comerciales" o mejor dicho guiadas, mas completas y físicas que se pueden hacer hoy en dia, ya que además de la simple progresión por la cueva, la cual tiene agua, hay que hacer multitud de rápeles, pasamanos, destrepadas y trepadas, alguna de ellas de 40 mts (asegurada claro está) y una tirolina para "salir" de la cueva como sorpresa final.

Finalmente, y tras unas 6 horas de actividad, finalizamos la cueva, bastante cansados pero contentos, ya que siempre queda la buena sensación, de que si no vas con alguien que la conozca, o con un guia, es muy dificil de hacer, tanto por el material técnico como por la dificultad, algo que tanto Amaya como Victor reconocieron y disfrutaron.