Por fin llega el buen tiempo, y aunque con muchas ganas de salir ya a hacer alguna invernal y un poco de alpinismo, se dió la oportunidad de reunirnos tres amigos con ganas de salir al monte, explorar y en definitiva, poder realizar una actividad que desde hace ya un tiempo teníamos en mente, y que por diferentes circunstancias, pues no pudimos realizar. Aunque no sea la época del año mas propicia para el descenso de barrancos, nos acercamos a una de las zonas mas salvajes que tenemos en el oriente de Asturias, zona que últimamente visitamos frecuentemente para diferentes exploraciones de espeleología, pero que en ésta ocasión, cambiaríamos el buzo por un neopreno, y la oscuridad por agua, por otro lado, mas de la que esperábamos.
Con una temperatura bastante maja tras la correspondiente helada, salimos Rio, Eduardo y yo cargados con lo habitual para este tipo de actividades en busca de una bonita majada donde nace el rio Nario, que como suele pasar siempre que te aventuras a explorar algo, en especial un barranco, vas con muchas ganas aunque sin saber lo que te vas a encontrar, unos dias acabas caminando por una riega, mientras otros encuentras cosas muy bonitas, el saber si ya estaría descendido pues era lo de menos, ya que igualmente íbamos a cargar el mismo material, asi que como mucho, pues nos ahorraría tiempo y dejar material allí instalado. Todo esto nos daba un poco igual, ya que el día estaba espectacular y la zona es brutal, aunque tan solo sea para caminar.
Tras una aproximación muy bonita y unas vistas alucinantes, llegamos al comienzo del rio Nario y sorpresa! parece que el rio lleva agua, tiene unos cuantos saltos y nos recibe con un corto rápel y una texu que da lugar a una bonita cascada de unos 50 metros. En total descendimos unos cuantos rápeles, ni los contamos.... lo que si podemos decir es que el mas alto es de unos 60 metros además de descender unos cuantos resaltes y bloques sin cuerda (faciles) y ser un barranco generalmente abierto, eso si, en una canal salvaje. En cuanto al material, pues nos descolgamos de naturales (arboles y puentes de roca) y que independientemente de números, metros y demas..... disfrutamos de un lugar brutal y salvaje.... quizás sin no hubiésemos encontrado un solo rápel, igualmente hubiese merecido la pena ir, aunque sea cargando con todo. Sencillamente impresionante el lugar, claro, para el que le guste el verde, la naturaleza y esos árboles que siempre presta ver, como es el texu y el haya.
Lo peor y como a veces es habitual, fué el retorno por una interminable canal..... en total una buena jornada que sin duda mereció la pena. Como casi siempre, un gran día en muy buena compañía, ésto siempre lo mejor.... ahora esperemos que podamos seguir visitando todos esos lugares que tras muchas horas de mapa, visor sigpac, etc.... motivan para tratar de explorar o visitar y que a penas se conocen. Esto demuestra que aún quedan muchas cosas por hacer al lado de casa! o aunque sea mirar y ver que hay, ya que para bien o para mal, es como se encuentran las cosas. Aqui dejo unas fotos, aunque sin duda las buenas seguro salen de la cámara de Eduardo, ya con ganas de verlas!
Víctor como me recordáis a Villar y a mí cuando andábamos como locos descubriendo barrancos en nuestra zona hasta que salieron publicados en la guía y la federación nos los reequipó. Buen relato y buena actividad.
ResponderEliminarUn abrazu.
Tenemos una sidra pendiente y ya te perdoné esta. Para la próxima si no puedes quedar me llevas (si voy sin parienta claru...)
Buenas Rubén!!
ResponderEliminarEste finde me fué imposible, y mira que tengo ganas de conocerte en persona!! acabé en un tejau colgau todo el fin de semana ayudando a un amigo, a causa de los fuertes vientos, y estuve off desde el viernes hasta el domingo.... pero la próxima sin duda tomamos algo!! que me presta hablar con escaladores y montañeros que andabais colgaos cuando algunos andabamos a gatas y ya dabais guerra por entre otros el Picu!!
Un abrazu! y nos vemos fijo.