Barranco del "Rio negro" (Coroico - Bolivia). Del altiplano a la selva Boliviana...

Tras 6 barrancos descendidos en Torotoro, ponemos punto y final a nuestra particular expedición de exploración en el altiplano Boliviano, para poner rumbo a la selva, e intentar exprimir los últimos días del viaje explorando barrancos en Nor Yungas, concretamente en las cercanías de Coroico.

Largo viaje desde Torotoro que sin coger ningún vuelo, nos supuso un montón de horas repartidas en casi dos días, de autobús y taxis, con las consiguientes horas de espera entre cada combinación.

Sin lugar a duda la mas tediosa e incómoda, principalmente por todo el equipaje que llevábamos, fue la de la estación de autobuses de la Paz, donde parecía imposible que llegase la hora de partir a Coroico.

En dicha estación nos vino a recoger la pieza clave de nuestra actividad en Coroico, Lucio. Lucio es guía local de barrancos y tirolinas (hay tirolinas de hasta 1 kilómetro...). El contacto fue gracias a Eduardo Gómez.

Un chaval super majo, humilde y muy motivado con el descenso de barrancos, que lógicamente le faltan medios y compañía para poder explorar en la que es "su casa" donde necesitas mas de una vida, para poder abrir y descender todo lo que hay. 

Puede sonar exagerado, pero la selva es la selva. Accesos largos, cerrados, donde tienes que abrir camino a base de machete, con unas condiciones de humedad muy duras, animales que es mejor no toparse y donde llegar a una cabecera te puede costar hasta 4 días con sus consiguientes vivac´s de fortuna, usando mas el machete que las piernas.

Gracias a Lucio, conseguimos un taxista que nos llevase a Coroico por la famosa carretera de la muerte, la considerada en su día como la mas peligrosa del mundo.

Nada mas lejos de la realidad, ya está desde hace muchos años cerrada al trafico de camiones y autobuses, el verdadero peligro!. 

En la actualidad se desciende en btt o taxi, como si de una pista normal se tratase. Muy a nuestro pesar, el día estaba muy malo y por culpa de la niebla y lluvia poco pudimos ver. Este hecho junto al las "prisas" y temeridad del conductor que contratamos, puso un poquito de riesgo y emoción a la carretera.

El taxista, tan borde como antipático, pinchó por culpa de su exceso de velocidad hasta dos veces dejándonos tirados poco antes de llegar a la "civilización". Lloviendo y con un montón de petates, a nosotros no nos quedo otra que reírnos y buscar auxilio.

Tras llegar a Coroico, compramos algo de comida y rápidamente pusimos rumbo hacia la Comunidad del Vagante, donde no solo sería nuestra estancia, sino que podíamos divisar un montón de barrancos aún por explorar. Como no, paramos para ver y poner los "dientes largos".

Junto a Lucio y su familia, pasamos unos días inolvidables en la Comunidad del Vagante. Gente tan hospitalaria como amable, que nos enseñaron un montón de cosas a cerca de sus tradiciones, gastronomía, flora y fauna local.

Para mi no hay duda en que, lo mas bonito e importante de un viaje, es conocer y convivir con la gente local. Ésta es la única manera de volver a casa con una bonita experiencia y entendiendo un poco su forma de vida y cultura. Si en Torotoro eran "Quechuas" descendientes de los antiguos Incas, en esta zona son "Aymaras"

Sin a penas descanso y al día siguiente de nuestra llegada, "atacamos" a nuestro primer objetivo, el cual lógicamente estaba ya estudiado por Lucio. Con un acceso mas o menos claro, teníamos intención de explorar la parte baja del Rio Negro.

Quien dice parte baja, parece que te vas a un "barranquin". Decir que para llegar a la cabecera de este barranco, se necesitan 4 dias de trekking con sus pernoctas correspondientes y abrir camino "a machete"

En esta ocasión y pese a que la aproximación no era demasiado larga, tocó limpiar y abrir camino, bueno, mas bien Lucio se lo trabajo y nos guió por la selva. Para mi, gratos recuerdos de Sao Tomé volvían a mi cabeza...

En la aproximación, Lucio nos enseña desde antiguos bancales de hoja de "coca", como una gran variedad de flora y fauna.

Guiar no es solo hacer una actividad deportiva, sino que lo mas importante reside en la empatia y saber interpretar todo lo que te rodea. En este aspecto, Lucio es y será un gran guía!

Pronto llegamos a "nuestro" inicio del barranco y como primera toma de contacto, comprobamos que íbamos a tener todo el agua que no tuvimos en Torotoro.

Días atrás incluso en nuestra llegada, hubo varias tormentas. La que nosotros vimos nos impacto, y teniendo en cuenta como se suele comportar la selva, hay que tener mucho cuidado. Explorar en este tipo de zonas, tiene mucho compromiso.

Barranco precioso, encajonado y muy variado...

Varios rápeles, que sin sobre pasar creo los 20 metros de altura, son muy técnicos. La roca resbala muchísimo y claro, "Torotoro" nos "mal acostumbró".

Cuando exploras, vas "a vista" sin saber a ciencia cierta como se comportará el agua en cada badina o rappel.

Pese a que Lucio preveía pocos rápeles y un barranco sencillo, creo que nos sorprendió muy gratamente, al encontrarnos un barranco divertido, técnico y con ciertas zonas con algo de compromiso.

Por fin pudimos saltar de manera obligada, y realizar toboganes...

Descenso precioso donde sinceramente, las fotos no hacen justicia. Decir que al menos yo, tuve la cámara empañada todo el descenso y fuñe complicado hacer fotos decentes!

Aquí dejo mas fotos del descenso...

El final del barranco coincidía con una zona donde la gente local y turistas van a pegarse un baño.

Fue muy gracioso ver sus caras al vernos aparecer y descender la última cascada, ésta muy muy bonita.

Pese a que la mayor parte de las fotos son de mi cámara, decir que algunas las hicieron mis compañeros "Rio", "Edu" Gómez y Javier Gil.

En la próxima entrada, relataré el segundo barranco que exploramos en ésta zona. Barranco con estrechos espectaculares y un montón de rápeles. Una de las joyas de la expedición.