Turno para la gran vertical que abrimos en Torotoro. Para los "amantes" de los récords y números, la mas grande del valle.
Uno de los lugares mas turísticos y mejor preparados que hay en Torotoro para cualquier tipo de visitante, es el mirador del gran cañón de Torotoro.
Espectacular estructura "volada" sobre el gran cañón, con mas de 200 metros de vacío que la verdad, impresionan hasta a los que estamos acostumbrados a éstas alturas o estar colgados de una cuerda con metros de vacío por debajo.
El Team!! |
Al lado del mirador y actuando como afluente del cañón de Torotoro, se encuentra un barranco (en esta ocasión seco pero que cuando llueve corre agua y se forman bonitas cascadas) llamado por los lugareños "Misión Cruz".
Dicho barranco comienza con un arco de roca natural muy peculiar y característico. Tras él, tres cortos rápeles nos conducen a una impresionante y preciosa plataforma de roca, colgada al vacío y sobre una grandísima bóveda de unos 150 metros completamente volados. Allí en varias ocasiones a lo largo de año y como bien nos han contado los guardas del parque, se forma una impresionante cascada de agua.
Pese a que el barranco es seco y su mayor atractivo es sin duda la gran vertical, cuenta con varios ráppeles muy bonitos. Otro aliciente, es que se une al Torotoro poco antes del precioso estrecho final, antes de unirse al cañón del "Condor Mayu" y formar así el cañón de "Sucusuma".
Por suerte o desgracia, depende claro como se mire... tuve el placer de poder ir en punta y "fibrilar" un poco en la instalación principalmente, de la gran cascada.
Este tipo de aperturas necesitan una muy buena planificación (aunque parezcan coser y cantar...) tanto del material como del orden y estrategia a seguir por el equipo, ya que hay que portear material, y los puntos de reunión o intermedios no son nada cómodos.
Otro dato importante, es que las cuerdas mas largas que teníamos eran de 100 metros y la vertical, sin duda parecía superar con creces esta longitud. Importante problema al afrontar una vertical volada, donde en ciertos puntos te separas de la pared hasta 30 metros... es decir, que como no te llegue la cuerda a un punto donde puedas tocar pared, estas con perdón jodido...
Por otro lado y teniendo en cuenta roces y estado de la roca, esta muy mala... la última opción y como socorro en el caso de no llegar la cuerda, sería ascender esos 100 metros volados por la cuerda, para lo que sería necesario instalar en fijo "tipo espeleo" y evitar así roces, que en una distancia tan larga sin duda afectaría a la cuerda con una muy probable rotura, aun llevando protector.
Aquí la reseña, como no made in Javito...
Primera misión, instalar un largo pasamanos con mucho mucho ambiente.. para buscar una terraza que habíamos divisado desde el mirador, como punto mas adecuado para en unos cuantos metros de descenso, poder acercarse a la pared en el caso que la misma fuese superior a 100 metros de longitud.
Rio y al frente en forma de grieta negra... el "Condor mayu", en la unión con el "Torotoro" |
Entre roca delicada, pinchos, algún gancheo y pasos de escalada con mas miedo que verguenza, logramos acceder a dicha repisa. Decir para los futuros repetidores, que quizás los seguros instalados estén muy separados (lo siento se me fue la olla...) y pondrán el punto de alegría y dificultad a la vertical, o al menos uno de ellos.
Limpiamos la repisa y zona de piedra sueltas, que sin duda serían la mayor amenaza mientras descendemos la vertical y el resto de compañeros cruzan.
Con un pequeño roce a la salida inevitable! parece que la cuerda queda próxima a la pared 100 metros por debajo de nosotros, y claramente sin llegar al suelo.
Que difícil es calcular este tipo de verticales! A veces la vista engaña para bien, como para mal. En esta ocasión era cuestión de "un cara o cruz", o echarle valor y bajar... o darse la vuelta y volver otro año con 200 metros de cuerda. Estaba claro ésta última opción (al menos para mi) era mas que improbable.
Comienzo el descenso mientras Rio me asiste. Como una peonza y con cuerda simple! a penas estrenada el día antes, con un ocho nuevo y un nudo "machard" (no tenia ni shunt y menos aún, un "dressler" o "stop").
Poco a poco y con mucho tiento, de no calentar el cordino del "machard" y evitar coger velocidad, me voy aproximando al fin de cuerda (nudo tope como no incluido). En los primeros 80 metros de descenso estoy a algo mas de 30 metros (aprox claro) separado de la pared, la verdad que sin saber el resultado final, impresiona un poquito...
Continúo bajando y apurando el fin de la cuerda, que sumando el chicleo ya supera los 100 metros... me quedo muy cerca del fin de cuerda y a un metro de la pared.
Me empiezo a balancear para intentar acercarme, rezando para encontrar algún canto de roca donde poder agarrarme o colocar un gancho para así taladrar e instalar el fraccionamiento "salvador".
Tras unos balanceos, logro ponerme en contacto con la roca, arenisca, sin encontrar nada de canto. Roca muy lisa y pulida... empiezan las oraciones interiores y como no, la "fibrilación".
Foto desde el mirador con zoom. Yo instalando en mitad del pasamanos |
Tras intentarlo varias veces y escupirme la cuerda para atrás sin poder taladrar, ya que el rebote del taladro me separaba de la pared, logro encontrar un "mini lajita" y colocar una uña en condiciones muy precarias. Con mucho mimo y rezando para que el único canto que había no rompiese y la uña aguantase, saco el taladro y logro colocar una chapa mas que salvadora!
Tras éste primer seguro, coloco otros tres para formar así una "potente" reunión con pasamanos, y poder estar allí todos juntos.
Poco a poco bajan mis compañeros y Rio me pasa una segunda cuerda para afrontar unos 50 metros de vertical hasta la base de la cascada donde hay una gran marmita de agua.
Una vez el equipo reunido en la base de la cascada, seguimos abriendo camino con dos cascadas mas antes de llegar al cañón de Torotoro.
La nota negativa del día, fue un pequeño percance con el Dron nada mas empezar el barranco, que impidió grabar la gran vertical y perder tiempo buscándolo con un calor insoportable, y por zonas donde mas tarde, tras acabar la apertura y volver a la civilización, un guarda nos dice que en temporada, suele haber serpientes de cascabel e incluso la serpiente Coral... vamos, que de saberlo un servidor no baja!
Tras llegar al Torotoro, tocó remontarlo para salir por el Vergel. Algo mas de un kilómetro de ascenso de rio, con varias trepadas, peso en las mochilas y 500 escaleras por delante para salvar un desnivel de 250 metros hasta el coche.
Javier bajando... y arriba en rojo discontinuo, la línea de pasamanos. |
La razón de abrir éste barranco e intentar hacerlo en una corta jornada (Quizás las anteriores fueron demasiado largas), no fue otra que a la noche teníamos apalabrado un partido de fútbol sala de "hermanamiento" entre España y Bolivia, en el Coliseo de Torotoro (menudo estadio de fútbol sala tienen...)
Ya podéis imaginaros la comedia! Con Edu Gómez de portero (que junto a Javito al estilo Julio Salinas fueron los grandes descubrimientos), Rio, Javito, Xampil y un servidor de jugadores... flipamos en colores en los primeros minutos de juego (cosas de la altura) ya que echábamos una carrera y acabábamos afogaos.
Tocó tirar de recursos locales y hoja de "coca" para remontar y acabar ganando (que estaba claro era lo de menos)... no lo creíamos ni nosotros, y menos ellos!
El final, pues al estilo nuestro... en un chigre muertos de calor, ya que al finalizar les regalamos las camisetas Joluvi con las que jugamos, y no quedó otra que ir con la "chupa" Joluvi al chigre, que menudo calor da jejeje!
La verdad, es que lo pasamos genial! y los mejores momentos siempre quedan fuera de las aperturas y exploraciones.
Ultimo barranco abierto en Torotoro y el equipo, se desplazaría a Coroico (NorYungas) para abrir junto a Lucio, dos preciosos barrancos ya, con bastante alegría de agua, al fin!!
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