Si hay algo que me encanta por muy extraño que parezca, es de vez en cuando tener que darte la vuelta en algo que estás haciendo, bien sea escalando o caminando, asumiendo la derrota como algo que te permita volver mas fuerte o en este caso, con mejor información.
Entiendo que para much@s es difícil entender el porqué de éstas salidas. Cuando no todo está en los libros y si en esas enciclopedias de "dos patas" que año tras año dejan este mundo, te entra la necesidad de intentar descubrir por ti mismo todos esos rincones, pasos o "caminos" que antaño frecuentaban, donde la recompensa personal es tremenda y las posibles consecuencias son fatales.
Juzgar si merece o no la pena, es cuestión de cada un@.
Muchas veces usamos frases como, "la vida hace 30 años era...." refiriéndonos a lo mas básico y simple de esa vida, sin embargo, nunca seremos conscientes de lo que hubo, pasó o el como vivieron, hasta que no estás a punto de cruzar esa "delgada línea roja" que se separa de tu éxito particular y el otro mundo, si es que existe.
A veces, cuesta mas publicar las derrotas que las victorias, o bueno, casi siempre. Hoy y ya que soy de los que se sienten orgullosos cuando pierdes aunque me gusta claro ganar siempre, hablaré de una gran derrota que probablemente me aporte mas, que cualquier victoria pasada ya que estaba claro habría que volver y sobre todo, puedo escribir estas líneas.
Hace meses junto a dos buenos amigos, salimos en busca de una de las leyendas de la Garganta del Cares.
Un recorrido que visto desde abajo, te entra pánico solo pensar el como y por donde irás para llegar al punto principal u objetivo. No se le podría considerar como camino, mas bien un atajo, pero por ahí subían y bajaban incluso niños, como "Falo" el de Bulnes nos contó, con lecheras en las manos. Aún es el día de hoy meses después, que no me lo creo, lo cual no significa que no sea verdad.
Si un día hacéis la famosa ruta del Cares, una vez llegáis a la zona conocida como los "Collaos" (Decir que no está ubicada correctamente, ya que los collaos estában antes, donde los barracones) si miráis arriba y hacia la derecha, veréis un mundo de grandes paredes con encinas colgadas. Entre medio de esas paredes y muy arriba, está una zona conocida como "Torayas" un lugar ideal para las cabras a salvo de depredadores y con comida.
Entorno de los auténticos Collaos |
Su acceso por un camino "Normal" es largo, difícil y peligroso. Sin embargo, los pastores locales vieron la necesidad de crear un camino directo por el cual ahorrar horas y desnivel, creando así una especie de ferrata (sin linea de vida jajaja... y escasos hierros...)
Tras muchas experiencias ya en zonas como éstas, saco como conclusión personal que muy cruel tuvo que ser la vida en estas zonas cuando el "Compromiso" y riesgo era el menor de sus problemas.
La zona en cuestión por la que pretendemos subir se llama la "Zanga".
La Zanga |
Para acceder a la zona donde supuestamente empezaría la "Zanga" hay que ir a la zona conocida como "Las Devaradosas" , a la cual decidimos acceder por un tramo muy poco conocido y que formaba parte de otro de los antiguos caminos antes de existir la senda como tal, una zona realmente interesante y que di con ella gracias a la información de Juan de "Bárzena".
Pongamos como punto de partida el famoso arco mas fotografiado de la senda del Cares, antes del cual, veremos encima nuestra una oquedad naranja muy característica. El arco o esa zona es conocida como "Seduarcu" y la oquedad naranja como el Paré Colorau.
Según Ramón Sordo Sotres, en la zona que comprende entre la canal del Escaleru y la Canal del Saigu, existía un camino superior al de la senda del Cares. Este camino, partía por así decirlo desde la canal del Escaleru, accesible desde Pregueles y Cuetu Corral o los Collaos antes de existir la senda actual.
El rojo, camino antiguo entre la Canal del Saigu y Los Collaos/Abeyares/Pregueles antes de existir la senda actual o el camino de la "Electra". |
Desde Cuetu Corral y Pregueles por ejemplo (Zona accesible desde Ondón, Envernadas, Camarmeña por el Pandu o la senda del Cares), accederíamos a la canal del Escaleru pasando por los Abeyares, desde donde baja un bonito sedo a la zona conocida como los "Hospitales" ya en la canal del Escaleru pasando luego cerca de la Cueva Turulleru, Cueva Grande y Cueva Llengua, para luego por un sedo donde aún es visible el camino, ir hacia las "Devaradosas" lugar donde empieza la subida de la "Zanga" y también, donde se sitúa el "sedo devaradosas" que accede en un descenso muy vertical al citado Paré Coloráu y luego "Seduarcu" para continuar hacia la canal del Saigu donde antes, tendremos que cruzar una serie de espolones y canaletas, pero eso será otra historia.
Este recorrido tras visitar la Zanga, lo haríamos en sentido contrario desde el Arcu hasta Pregueles.
Empezando desde las cercanías de el "Arcu" hacia el paré Coloráu en busca del supuesto "Sedo Devaradosas". |
El Arcu |
Paré Colorau
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Sedo Las Devaradosas |
El sedo " Las Devaradosas" (Algún pastor local nos ha dicho que desconoce el nombre de este sedo....) es un camino precioso, no muy difícil pero donde hay que apoyar manos y un fallo puede ser fatal, con lo que no es para todos los públicos.
Solo hay que ver la perspectiva de la senda desde el mismo, de vértigo!
Como podréis ver en la foto inferior, mejor no tropezar o caerse. Increíble por donde pasaban! y de nuevo, otro camino ancestral prácticamente "desconocido".
Como veréis en la foto inferior, hay que usar las manos y aunque la roca es buena en general, ir con tiento
Ahora la cuestión es encontrar una entrada entre un mundo de paredes muy verticales, donde parece imposible pensar que por ahí se sube sin cuerda.
Estamos en el hombro y empezamos a valorar opciones, sucediéndose las trepadas sin cuerda y con pasos cercanos al quinto grado hasta llegar a terreno de nadie y tener que des trepar. En ésta labor, nos vamos turnando y resulta difícil saber si realmente es por ahí y quizás no nos atrevamos, o sin mas, vamos mal y podemos embarcarnos.
Por momentos, rozamos lo absurdo y estamos mas en una escalada en roca que en cualquier posible sedo, paso o camino. Pero esto es fruto de lo que ya conocemos y lo que sabemos que eran capaces de hacer.
En su día nos contaron, que habían puesto algún hierro para ayudarse pero que cuando dejaron de usar el camino lo quitaron, algo que nos pareció extraño y no muy lógico perder el tiempo en esas labores de des instalación.
Ver hierros lógicamente te indica que vas por el buen camino. Tras varias trepadas, nos damos por vencidos y descendemos la franja en busca de mas opciones o mas bien de retirada, hasta que la lógica sobre el terreno y la buena vista nos conduce a la entrada de la Zanga.
Vamos bien!!
Tras esperar, sigo subiendo y es el momento donde he de guardar la cámara y empezar una auténtica odisea.
Seguimos por lo mas evidente, dentro de que allí nada es evidente, para empezar a hacer ya pasos de escalada muy precarios y expuestos pasando el V+ o quien sabe, si el 6a en un pasaje realmente peligroso y expuesto a la suerte de que no se te resbale un pie.
Llegamos así la arboleda que es mas vertical de lo que parecía y el suelo lleno de hoja, resbala un montón y somos muy conscientes de que el paso que anteriormente dimos, no nos gustaría tener que descenderlo.
Nula visibilidad, mas propia de una selva hace que por momentos no sepamos donde estamos, unido a que no hemos visto mas hierros y donde cerrado de zarzas y vegetación, empiezan a aparecer las heridas y sangre en manos y brazos, esos momentos donde te dices a ti mismo, soy gilipollas.
En la foto inferior marco con flechas donde empezamos y hacia donde se supone hemos de ir ¡una locura! La estrella amarilla es el punto que pude alcanzar, quedándose mis compañeros unos 50 metros mas bajos esperando noticias mías a cerca de como se veía o si aparecía rastro alguno de paso.
Mi situación era delicada, ya que me quedé en un punto donde lo veía muy factible pero consciente que de dar el siguiente paso, ya tendríamos que salir por arriba debido a su exposición.
Tras haber perdido mucho tiempo en las posibilidades y trepadas previas y contando que estamos en invierno donde los días son muy cortos, nos damos cuenta de que no podemos arriesgarnos a seguir y que se haga de noche en una zona como ésta.
Decir, que la Zanga no era solo el único objetivo y zona a descifrar, sino que tras la Zanga, queríamos subir por otra especie de ferrata pastoril aun si cabe mas complicada, donde se dice que hay la hoja de una hacha empotrada en las grietas a modo de escalón, para salir al Galastrón.
Por lo tanto, era jugársela a cara o cruz contando con que en dicho momento no sabíamos si íbamos bien o no. Tras meditar un rato, decidimos bajarnos y volver otro día.
Aquí comenzó lo que realmente sería un infierno y probablemente nuestro peor momento de tensión en un sedo o zona como ésta, y eso que entre los tres acumulamos ya muchos pasos de matarse inéditos aunque no somos nada comparado a los pastores y pastoras de antes, por mucho que escalemos.
Tensión, incertidumbre, mucho respeto y porque no decirlo, miedo, durante un buen rato hasta que logramos bajar. A veces el problema de subir pasos difíciles es el pensar si tienes que darte la vuelta.
Nosotros, tenemos una filosofía muy clara de como acometer estas actividades. Nos negamos a hacerlas con el uso de material, ya que de alguna manera sería como "profanar" (es mi punto de vista) lo que hacían antes o mejor dicho y lo mas importante, el cómo lo hacían. Pero si que es cierto que a veces, te embarcas y entras en terreno desconocido y virgen por donde nadie pasó a causa de que los caminos y pasos se pierden por el des uso. Si te has de dar la vuelta en zonas como éstas pues tienes un problema.
Todo se ha perdido y resulta casi imposible poder seguir un paso como éste, con las indicaciones verbales de un pastor en un chigre, que a veces habla en tercera persona.
Alberto, ese día metió en la mochila un cordino fino de 30 metros, y menos mal. Probablemente hubiéramos bajado igual, pero seguramente invirtiendo mas tiempo y mucha tensión. Hablar de cordino tampoco es hablar de la salvación, pero si de mas posibilidades. Lo pasamos por un arbusto y bajamos agarrados a él o "rapelando" cada uno con sus recursos (sin arnés claro) rezando para que el arbol/arbusto aguantase y por una pared completamente vertical.
Realmente des trepabamos agarrados a la roca y al cordino por si acaso. Tras llegar al suelo los 3, respiramos y pensamos en broma, "Una mancha negra en nuestro historial de sedos" tras usar por primera vez en nuestra vida, un cordino.... a veces somos gilipollas, pero así somos, guiados por el como hacer las cosas muy por encima de que consigas o no.
Tras un breve descanso, fuimos hacia Pregueles y los Hospitales por el camino rpimitivo para hacer unas fotos, enseñarle a Alberto un par de sedos muy bonitos que hay allí y sin tardar mucho, para el chigre. Aquí dejo unas fotos de la zona que es preciosa!
Unos días se gana y otros, te das la vuelta para volver con mas ganas y motivación de superar algo que te ha "ganado" o como comprobamos días después hablando con pastores, en mitad de la Zanga nos fuimos para donde no era. Habrá que volver a corroborarlo pero eso será otra historia.
Impresionante, gracias por compartir. Un saludo.
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